Vuelvo a las andadas señores… porque me gusta, porque me ayuda y porque en el fondo, lo necesito.
Lo último que les comuniqué era cómo cambiar de empleo… verdad?
Bueno resulta que yo también seguí mi consejo y fue duro. Les di un fuerte abrazo a mis amigos de la UTP y me lancé a una aventura tan intensa que por poco dejo atrás todo lo que había construido hasta el momento.
En el mismo mes, me fui de casa a vivir solito y cambie de empleo… No se lo recomiendo a nadie, por lo menos no al mismo tiempo. Toda una locura, pero fue una de esas locuras ricas que te hacen más fuerte.
De pasar de vivir con mi mamá a tener que afrontar la vida adulta de golpe, de pasar de ser Funcionario Público a la empresa privada.
Y es que en el fondo hay sacrificios y hay recompensas, pero también existe la satisfacción de saber que todo el esfuerzo invertido valió la pena.
Sé que dejé de lado Convergencia, pero fue algo necesario para poder rehacer mi concepto de persona, y así mismo se verá reflejado ese cambio en la página web y en las redes sociales.
Ya no invertiré tanto tiempo en comentar noticias, en salir en la tele o participar de reportajes de periódicos. Volveré a lo básico, a una dinámica que me permita expresar lo que siento, pero sin comprometerme más de la cuenta.
La vida está allá afuera y en la medida que apaguemos un poco los televisores, las computadoras y los celulares, es que nos daremos cuenta que la verdadera luz no viene de las pantallas, sino del sol.
Es por esto que sin dejar de lado esta excelente forma de invertir mi tiempo libre, me concentraré un poco más en ver por la ventana y salir a pasear.
Hoy me encontré a una buena amiga en el supermercado, entre vegetales y frutas mi vida dio un giro. Por un instante me sentí usando mi uniforme del Colegio en pleno recreo. Casi pude verla a ella como tantas otras veces nos encontramos en aquellos patios del San Agustín y caí en cuenta que desde aquel recuerdo al presente, habían pasado alrededor de 13 años.
La vida avanza rápidamente y no hay nada que podamos hacer, simplemente vivirla y eso es lo que pretendo.
Ha llegado la hora de retomar buenas costumbres, de valorar la compañía de las personas que tenemos cerca, pero por sobre todo, de dar gracias porque en medio de todo el caos de la vida moderna, todavía tenemos la oportunidad recordar los buenos momentos.
_F.G.
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