Blog de Fernando: Bajo las Ramas de un Corotú

Ayer me encontraba en un lugar bastante especial, celebrando un momento especial.

 

De pasar un rato bajo árboles tan grandes como ese, salen muchas cosas positivas.

 

El tener que viajar dos horas en la carretera, hace que la ciudad y todos sus problemas, desde lejos, se vean cada vez más pequeños. Nuevos horizontes, nuevos paisajes, y sobre todo, nuevas personas.

 

Sentado recibiendo los rayos del sol de un atardecer bastante fresco, con mucha brisa marina y buena sombra… pensé en todo lo que me había ocurrido esta semana.

 

La vida es simplemente un parpadeo, y el que ande distraído se la perdió.

Entre cuentos de bacterias asesinas en la leche, la situación de Venezuela y el whats app caído… me llegaron noticias buenas, y otras no tanto.

 

Pero sentados bajo esas grandes ramas, apreciando un corotú de más de 100 años, pude ver otro aspecto de mi realidad.

 

Por más que nosotros pasemos tribulaciones, ese árbol seguirá allí, silente y despacio, sobreviviendo, casi que pude escucharlo susurrarme al oído “tranquilo Fer”, entre el sonido de sus hojas que bailaban con la brisa del mar. Él también estaba de fiesta y dándonos concejos sobre cómo vivir la vida realmente. No en vano era el más antiguo y sabio de todos los invitados de esa reunión.

 

Si todos pudiéramos tomarnos un momento para respirar y escuchar a los seres más experimentados de nuestro entorno, aprenderíamos mucho. El mar, la selva, la montaña, el bosque y los árboles de 100 años, son realmente nuestros hermanos mayores. Vivimos todos en el mismo lugar y somos hijos del mismo padre. Llevamos mucho tiempo ignorándolos y ayer me percaté de eso.

 

Por más que suban o bajen gobiernos, existan enfrentamientos bélicos o sufra la economía mundial. Estos seres seguirán su curso. Si no hubiera comida en los supermercados, seríamos lo suficientemente inteligentes para recordar que esos hermanos nos ofrecieron siempre sus frutos? Que los seres humanos podemos sobrevivir en completa armonía con ellos, obteniendo de la montaña, el mar y el bosque todo lo que pudiéramos consumir, sin tener que pelearnos entre nosotros o dañarlos a ellos?

 

La leche no sale de la refri señores, y es algo que creo que olvidamos. Nuestra vida debe tener un significado mayor que el simple hecho de vivir en el estrés de la vida moderna, para poder comprarnos cosas materiales o en algunos casos, alcanzar esa anhelada jubilación para que luego, nos demos cuenta que nuestros cuerpos ya no pueden llevarnos a donde queríamos.

 

La avaricia de unos pocos, está condicionando la vida de todos los demás. Y esa es la historia de nuestro pueblo, desde el comienzo de los tiempos y todavía no entendemos que somos nosotros mismos los causantes.

 

Pensamiento de mi hermano de 14 años: “no entiendo la vida, uno nace…. Y de una vez lo meten a la escuela… para qué?... para graduarse 13 años después?, porque solo así podrás ser alguien en la vida?, luego, te metes a la universidad, para buscar un mejor futuro, para luego pasar 40 años trabajo como un burro, para que finalmente, cuando logras jubilarte y entonces puedes disfrutar tu vida, y allí te das cuenta que ya se te pasó y después te mueres.”

 

¿Dónde está la emoción en eso?, increíble pero un muchacho y un árbol, me dieron las mejores lecciones de vida de esta semana y posiblemente de muchas otras atrás.

 

La vida no puede girar simplemente en torno a lo que la sociedad quiera de nosotros.

 

Que no haya trabajo, que no tengamos casa, que no exista seguro social, es nada! Comparado con ver nuestro planeta marchitarse por nuestra falta de conciencia. Tomando en cuenta que a nuestro alrededor, la vida sigue su curso, estemos nosotros vivos o no.

 

Entonces, qué hacemos preocupados por las cosas insignificantes, queremos vivir bien? Pues vivamos bien! No dejemos que la vida se nos pase persiguiendo un sueño que no es el nuestro.

 

Si amas a alguien díselo; Si detestas a alguien, no lo frecuentes tanto (no se lo digas, nadie tiene el derecho de lastimar a otro); si tienes planes concrétalos; Si no te gusta tu trabajo, encuentra otro; Si no te gusta tu familia, construye la tuya; Si no te gustan las noticias que ves, deja de leer el periódico; Si no quieres estar solo, busca compañía; si ya no la quieres, escápate un rato y visita a nuestros hermanos mayores. Panamá tiene bastantes lugares para sentarse y escuchar la voz de nuestra conciencia, Dios lleva 2000 años sentado esperando a que nos acordemos de él. Como nos sigamos portando así de mal, cuidado y le toca bajar a explicarnos las cosas de nuevo, quien quita y esta vez… los Evangelios serán difundidos en VideoBlogs de YouTube… a ver si ahora sí les prestamos atención.

 

_F.G.