Entre milagros de laboratorio y picaduras de mosquitos, nos damos un paseo por lo último en ingeniería genética.
Pero primero veamos, ¿Qué son los organismos transgénicos?
Los transgénicos son seres vivos genéticamente modificados cuyo ADN es manipulado para otorgarle una característica específica. Estas alteraciones se llevan a cabo en laboratorios por ingenieros genéticos. La operación consiste en aislar partes del material genético para introducirlos en el material hereditario (genoma) de otro a través de distintas técnicas. La manipulación es hereditaria. Igual como hizo Dios con el barro de la vida.
Lo ideal sería poder crear nuevas especies más resistentes a enfermedades o que sean más productivas, pero por donde el dinero se mueve, siempre se crearan grandes interés.
Se sabe que muchos políticos sostienen que, aplicado al ámbito agropecuario, esta nueva tecnología permitirá una rebaja en el costo de los alimentos más populares (maíz, arroz, frijoles, legumbres, carnes, etc.) sin embargo, no nos hablan sobre el impacto que tendrá en nuestros miles de productores incapaces de competir frente a estas corporaciones quienes serán titulares los derechos de uso de estas súper semillas.
Como vemos el riesgo es grande, la decisión no es fácil. En materia de alteración genética, no todas las consecuencias son positivas. Sus principales inconvenientes son la existencia de un mayor nivel de residuos tóxicos en los alimentos, posibilidad de generación de nuevas alergias, posible dependencia de la técnica empleada, la contaminación de variedades tradicionales, la muerte de otros insectos o polinizadores y el impacto ecológico de los cultivos.
Ya el debate y las iniciativas por adoptar esta técnica se iniciado en Panamá.
Extracto: “Panamá iniciará en agosto el cultivo de maíz transgénico. Las autoridades aclaran que la cosecha será destinado solo al consumo animal, y los productores de la región de Azuero serán los únicos, por el momento, que podrán llevar a cabo tales plantaciones. Para ello dispondrán de dos mil 500 bolsas de semillas de maíz transgénico, el cual será importado y distribuido por Empresas Melo.” (Fuente: http://www.foodnewslatam.com/index.php?option=com_content&view=article&id=5701:panama-se-une-a-la-siembra-de-transgenicos&catid=13:agricultura&Itemid=21)
Extracto: “La puesta en práctica del tratado de libre comercio entre Panamá y Estados Unidos, que ya está en vigencia, esconde una terrorífica realidad: Los Estados Unidos podrán exportar hacia nuestro país una infinidad de productos alimenticios genéticamente modificados (transgénicos).
La industria alimenticia en USA es tan poderosa que sus ciudadanos son incapaces de conocer el origen de sus alimentos; El etiquetado obligatorio solo es ley en Alaska, de tal manera que la población se encuentra desprotegida y se violan sus derechos a elegir entre una alimentación sana, natural o genéticamente modificada.” (Fuente: http://globovideo.lacoctelera.net/post/2012/11/09/alimentos-transg-nicos-panam)
Pero cuando estas iniciativas tecnológicas no han sido consensuadas, ni difundidas y mucho menos debatidas, crean el temor y la suspicacia del pueblo en general.
Pero cuando estas iniciativas tecnológicas no han sido consensuadas, ni difundidas y mucho menos debatidas, crean el temor y la suspicacia del pueblo en general.
Uno de estos casos de descontento o inseguridad a nivel colectivo, es lo relativo en torno a la utilización de modificaciones genéticas en animales de consumo masivo como el pollo, el pescado, o las carnes rojas.
Nada apetitoso se ve un pollo mutado genéticamente para poder aumentar la productividad y número de presas a vender.
En otros titulares, nuestros vecinos de la flamante y nueva Décima Provincia, sintieron temor al escuchar las siguientes declaraciones:
"Los vamos a soltar la próxima semana en el área de Panamá Oeste", una zona periférica de la capital donde se ha registrado el mayor número de casos de dengue, según agregó el secretario general del Ministerio de Salud, Félix Bonilla.
El funcionario de Salud afirmó que la liberación de los mosquitos transgénicos fue aprobada por el Comité de Biodiversidad del Ministerio de Salud y que está basado en estudios realizados en Brasil y en Londres, donde "ya se está utilizando el insecto.”
Todo lindo y bueno, pero qué pasaría si no logramos el objetivo yabrimos la Caja de Pandora de los desastres transgénicos, con la buena intensión de disminuir la incidencia del dengue.
La Clave es estar informados y que nuestros gobernantes tomen la mejor decisión posible. Países como Alemania, desde el 2012, prohíbe el uso de técnicas transgénicas en los alimentos que sus ciudadanos consuman.
Alternativa que debería ser replicada por todos aquellos países que les importe la salud de sus habitantes, por encima de cualquier interés económico o industrial.
Por lo menos hasta que sepamos con seguridad que el comer productos trans, no afecta en lo absoluto nuestro sistema.
_Edu.
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