Otro domingo de opinión, y seguimos rumiando el tema de la Ampliación del Canal de Panamá y las dificultades con las empresas de Grupo Unidos por el Canal.
Rumores sobre corrupción, chantaje y sobre costos negociados saturan los medios de comunicación, y el pueblo panameño, tan pasivo como siempre, dejando en manos de la Autoridad del Canal de Panamá, una batalla titánica.
Esta batalla se debe librar en cada oficina, en cada hogar, en cada centro de estudios, en cada comunidad. Seamos beligerantes y horremos el esfuerzo que tanto costó. Personas dieron la vida por conquistar nuestra soberanía como país y nosotros, seguimos como ganado que es llevado al matadero.
El proteger nuestro patrimonio es trabajo de todos, no de un solo administrador.
El artículo de David Méndez Dutary, hace un llamado a nuestra sociedad, intentando despertar aquella fibra de revolución que habita dormida. ¿No somos nosotros los descendientes directos de aquellos panameños que lucharon en el pasado?, ¿no corre por nuestras venas su misma sangre nacionalista?, ¿no llevamos nosotros sus mismos apellidos?
Entonces que esperamos compañeros, no sea que en un futuro, les toque a nuestros descendientes volver a ser llamados mártires.
_F.G.
Escribir comentario