Con la llegada del mes de diciembre, nuestro cerebro entra en una fase de recuento y resumen, y recordamos cada cosa que ha pasado en el año. Este proceso es importante para poder dar rumbo a nuestras vidas.
En más de una ocasión he sentido que el tiempo casi no me alcanza, mis amigos me dicen siempre que ando perdido, y mi familia casi no me ve en casa. Es entonces que me siento a pensar y se me ocurre una explicación bastante buena.
Mis actividades extracurriculares...
Este año tuve la oportunidad de incursionar en el mundo de los medios de comunicación de una
forma abrumadora… Primero con la TV, después con el periódico y por último, recibí una invitación para participar de un programa de Radio. Lo interesante de todo esto, es que me gustó mucho.
Con todo el nervio que sentí, pude haber sufrido fácilmente una falla cardiaca, pero fueron cosas
muy interesantes y me gustaron mucho.
Participé activamente de un conjunto Folklórico y de un grupo de teatro, situaciones que sirvieron para darme cuenta del gran valor de la disciplina, la rutina y el entrenamiento.
Me inscribí en un programa para aprender a comer sanamente y gracias a eso perdí 25 libras, me siento mucho mejor, volví a hacer deporte y con ello mi humor mejoró un poco. (Normalmente el sedentarismo me amarga).
En el Plano educativo, decidí ignorar por completo mi tesis de la Maestría en Docencia, increíble como dejé eso rezagado. Claramente una de mis metas por cumplir del 2014. Pero volvía las aulas como estudiante… y gracias a una asignación universitaria, surgió este proyecto que tanta satisfacción me ha brindado, Convergencia. Esto sirve para recordarme que las Universidades y yo, trabajamos mejor juntos.
Esta semana conversaba con un viejo amigo, el cual me comentaba que las cosas en su vida no estaban bien, que se sentía infeliz y no le gustaba ir a trabajar. Al preguntarle ¿qué habría hecho el en estos doce meses?. Su respuesta inmediata fue: “Nada... Seguir en la lucha”.
El simplemente mantenerte sobreviviendo, no le da sentido a tu vida. Es como tener una casa con lo necesario para sobrevivir únicamente, sin más ni menos. Pero qué pasaría si a esa casa, le pintas las paredes, le compras muebles, y la decoras con detalles que te gusten, poco a poco, según tus posibilidades, la irás rellenando. Espacios enteros dedicados a tus gustos y necesidades.
¿En qué casa preferiríamos vivir, en la casa vacía o en la casa decorada?
Así mismo sucede con nuestras vidas y la rutina que llevemos. Cada actividad emprendida y realizada, le irá dando color y personalidad a tu vida.
El ver televisión, el escuchar música, el jugar horas y horas de video juegos, lamentablemente no califican como logros personales.
Aquel que se dedique únicamente a ir a su trabajo y a volver a su casa, estará
desperdiciando más del 50% de su capacidad útil y lo triste es que por realizar tú trabajo, se te otorga una única recompensa, tu salario.
Si sientes que tu salario simplemente no es suficiente para sentirte feliz y realizado, ve pensando que hacer con tu tiempo libre.
Atrévete a hacer cosas diferentes, que el año nuevo traiga cosas nuevas! has que tu vida sea un reflejo de lo que más te gusta y de lo que realmente eres; recuerda, nunca sabes cuándo tendrás que recibir visitas.
_F.G.
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Rosario H. (sábado, 07 diciembre 2013 22:37)
Muy de acuerdo contigo. Muchas veces pensamos q con el trabajo es suficiente y nos ocupa todo el tiempo, pero en realidad cuando haces otras cosas te sientes mejor, y es como si el tiempo fuera mas largo, hacer algun tipo de deporte es muy bueno para la salud física y mental, liberamos todo ese estrés que muchas veces es causado por el trabajo.
Saludos Fer.