Blog de Fernando: Rompiendo la Regla.

 

5:42 pm – En una oficina de Institución Pública, Ciudad Capital.

 

Viernes de Blog. Debo reconocer que esta nueva “tradición”, me está gustando bastante.

 

El escribir nos permite desahogarnos de una forma inteligente y comedida, en vez de simplemente perder el control, y reaccionar ante lo que nos pasa de manera desmesurada.

 

Cuando escribimos plasmamos lo que sentimos, lo interesante es que mediante este método, pudiéramos inclusive borrar cosas que no nos gusten, antes de publicar el documento. Situación que no se permite, por ejemplo: al hablar. Las palabras expresadas verbalmente, jamás podrán ser eliminadas.

 

Dicho esto, me doy a la tarea de resumir una semana bastante extraña. Una semana marcada por situaciones muy contradictorias.


Situaciones bonitas, otras no tanto, alegrías y complicaciones, descanso y desgaste. Todo en 7 días. Tan rápido y comprimido, que en algunas ocasiones no tuve tiempo de procesarlo debidamente.

 

Es increíble como las personas podemos vivir tanta intensidad. Estar en un momento de la mañana muy felices, y en cuestión de horas, encontrarnos totalmente desanimados.

 

Me toca salir de aquí, seguiré esto en otra parte.

 

 

11:32 pm – En un cuarto de algún edificio del Corregimiento de San Francisco, Ciudad Capital.

 

Finalmente en casa y luego de dos Ron Colas, un montón de alitas de pollo, una chuleta con puré de papas, una ensalada, un postre compartido y la compañía extremadamente grata de dos personas que están a punto de ver nacer su primera hija, no hay malestar laboral que sobreviva. (Ni tampoco publicación de blog perfecta.)

 

He descubierto que nuestra mente tiene cualidades muy afines a las de un río, el cual, en un momento dado, puede llegar a tener sus aguas turbias y llenas de residuos que arrastra en su cauce, pero al mismo tiempo, tiene la oportunidad de limpiarse, simplemente hay que saber dejarse lavar por la corriente. 

 

Vivimos en una sociedad adicta a las restricciones, las dietas, las leyes, las responsabilidades y las presiones. Cuidado con esto, recordemos que somos nosotros los dueños de nuestra vida. Dense la oportunidad de romper la rutina, salga con sus amigos, libérese un poco, regálese algo bueno.

 

Esa cena fue importante porque me demostró que la forma más fácil de sanar nuestra mente, es la de no aferrarse a las cosas que nos afectan. Cada anécdota compartida, cada chiste contado, cada bocado, cada historia y cada risa, fue despertando en mí una nueva actitud.

 

Aprendan lo rico que se siente, aunque sea una vez en la vida, hacer lo que les dé la gana!

 

_F.G.


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